«Los hijos recuerdan momentos, no horas con sus padres» Lucía Galán

Aquí te dejamos un vídeo de la reconocida pediatra Lucía Galán, que nos habla sobre los recuerdos que crean los niños con sus padres:

¿Qué nos aconseja Lucía Galán?

¿Qué es decirles? Confío en ti. Esto me parece un regalo. Mamá, es que estoy súper nervioso con el examen. Es que… De verdad, no sé cómo me va a salir. Ah, así siempre te quejas, hombre, y luego sacas muy buenas notas.

Pues no, yo no sé si va a sacar una buena nota o no. Carlos, no sé cómo te va a salir el examen, cariño, pero has trabajado mucho y mamá confía en ti. Me hijo llega al colegio con la mochila llena, con el mensaje de decir, soy capaz, porque mis papás me han dicho que confían en mí.

Tenemos que reconocer más, tenemos que poner el foco en lo positivo, en los talentos de nuestros hijos, en las cosas que se les dan bien. Ahí es donde está el secreto. Porque lo que necesitamos son niños que en el futuro se dediquen a algo que les gusta de verdad, que les apasione.

Y para eso tenemos que poner el foco en lo que son buenos. No en lo que son malos. Si mi hijo no es bueno en las matemáticas, yo sé que no va a hacer una ingeniería. ¿Para qué? ¿Ati borrarle de clases estrescolares de matemáticas?

No. Pon el foco en lo que es bueno, porque ahí es donde está su talento y el talento o lo alimentas o se muere. Tenemos que aceptar a nuestros hijos como son. Esto es lo más difícil de todo. Cuando tú te imaginas ahí con el predictor, te imaginas ese niño perfecto con esas cualidades que te gustan de ti, con esas otras cualidades que tú no tienes pero que te hubiese gustado tener, ¿verdad?

Y te haces ahí tu niño a medida y luego la realidad muchas veces no tiene nada que ver. La cantidad de papás que no aceptan a sus hijos tal cual son y intentan hacer algo a imagen y semejanza. ¿Cuántos hay?

Tenemos que aceptarles como son, maravillosamente imperfectos con sus virtudes y con sus defectos. ¿Pero como son? Mira, yo tengo niño y niña. pequeña es explosiva, ella es muy extrovertida, es una cría hacia afuera, que digo yo, necesita de reconocimiento, necesita de movimiento, es líder, ella rastra.

Y mi hijo Carlos es emocional, es tímido, es introvertido, es de pocos amigos y le cuesta. Bien, pues yo, en un intento de convertir a Carlos, en su hermana o incluso en proyectar mis… mis dones con la comunicación, pues me frustraba de verle así.

Y entonces, pero Carlos, hijo, sal a jugar. Y invitaba a muchos niños a casa y lo llevaba de aquí y para allá todos los sitios para que se relacionara. Hasta aquí un día con ocho años me dijo, mamá, ya está bien.

Mira, yo tengo tres amigos, que son David, Hugo y José, y no necesito más. Y de verdad que se me callan los lagrimones de decir, lucia, ya está bien, acepta tu hijo como es, es maravilloso, como es, es maravilloso.

Mirá, hace poco tuve un papá en la consulta que me decía, no sé qué me estaba contando de su hija María, y le dije, chico, es que lo haces fenomenal. Y me dice, pues yo no sé si lo hago bien o mal, yo con ser el segundo mejor padre del mundo me conformo.

Y digo, segundo mejor padre del mundo, y esto. Y me dice, sí, porque el mejor padre del mundo es mi padre. Digo, no me digas. Y me dice, sí, así que yo con hacerlo la mitad de bien, ya seré el segundo mejor padre del mundo.

Y me dejó sin habla. Digo, qué bonito. Y me acordé de mi padre. Y mi padre trabajaba de sol a sol, y yo no sé si pasé muchas horas o pocas con mi padre. Pero los recuerdos que tengo con él son tan valiosos y tan bonitos, que sé que me ha sido la pena.

Ha estado siempre a mi lado, está a mi lado. Yo a los padres lo que les digo es, los niños no coleccionan horas del reloj. Los niños coleccionan momentos. Y lo que se trata es de llenar sus mochilitas de esos momentos maravillosos e inolvidables, a los que puedan recurrir cuando sean mayores, que habrán esa mochila y que se encuentren con toda la infancia feliz que merecen todos los niños.

Ese cuento de buenas noches. ¿Quién no lo recuerda? A mí me lo contaba mi padre el cuento de buenas noches. Los desayunos. Si tienes la oportunidad de desayunar con tus hijos, aunque te tengas que levantar antes, no la pierdas.

Es el mejor regalo que les puedes dar a tus hijos. Mis hijos podrán decir, ¡Oh, mi madre, llevaba una vida de locos! Y siempre estaba de aquí para allá. Pero yo desde el principio quise desayunar todas las mañanas con mis hijos y quise llevarles al cole con mis hijos.

Y me ha costado cambiar de trabajo varias veces para conseguir esto, que parece sencillo, pero para mí no lo era. Pero era muy importante empezar el día así juntos. Esos ratitos que tenemos, vamos a aprovecharlos, vamos a llenar su mochilita de momentos inolvidables que luego, cuando eres adulto, bien que nos gusta y nos reconforta abrirla y verlo.