Siempre han rondado numerosas dudas sobre el porteo de bebés, pero, tras años de ciencia y desarrollo, por fin sabemos cuál es la forma correcta de transportar a nuestros hijos. La respuesta es el porteo ergonómico, que es el que llevamos a cabo cuando sujetamos al bebé en nuestro pecho, mirando hacia nosotros.
Esta práctica se puede desarrollar bien con un fular elástico, una bandolera o bien con una mochila portabebés. En este artículo, nos centraremos en este último ítem ya que a nuestro parecer es el que resulta más práctico. El porteo ergonómico no solo es el método de transporte más seguro para el bebé y para los padres, sino que además favorece el contacto piel con piel, algo que resulta muy beneficioso para ellos.
¿Con qué edad puedo llevar a mi hijo en un portabebés?
La opción más acertada es elegir una mochila ergonómica evolutiva. Esto quiere decir que será adaptable a varias etapas del crecimiento de nuestro hijo. Las hay acomodables a diferentes edades.
Las de recién nacidos suelen estar por un lado, y después ya encontramos las de 1 año en adelante, llegando normalmente hasta 5 años máximo. De igual forma, también se pueden encontrar modelos más avanzados que nos sirvan para ambos casos, pero también requerirán de una mayor inversión por nuestra parte.
¿Es seguro usar una mochila portabebés?
De hecho, lo es más que utilizar un fular, por ejemplo. Es por eso que te decíamos que es el método que más nos gusta, por su practicidad y su seguridad. No es que el fular sea mala opción, pero piensa que la mochila es un producto con una patente detrás, y que ha sido desarrollado con una finalidad concreta (la de poder portar adecuadamente a nuestros bebés).
Por ello, una mochila portabebés pasa por muchos ensayos y controles de calidad y de usabilidad, lo cual nos asegura que es un producto completamente seguro.
¿Cuál es la forma correcta de usar una mochila portabebés?
En cuanto la uses un par de semanas no tendrás ninguna duda, pero es cierto que al principio se nos pueden plantear ciertas cuestiones que no sabemos cómo acometer. La más común es la posición correcta del bebé.
Tenemos que pensar que nuestro hijo debe quedar en posición de “ranita”. Esto es, con la espalda en forma de C, las rodillas más altas que el culete (haciendo una forma de M), y los pies siempre quedarán por fuera. En el caso de recién nacidos y hasta los 6 meses de vida, deberemos sujetar también la nuca ya que no pueden sujetar su cabeza por sí solos. En definitiva, siempre buscaremos una posición natural.
¿Qué beneficios podemos obtener del porteo ergonómico?
El contacto piel con piel es una práctica altamente beneficiosa. El movimiento, el calor, la voz, incluso el olor, hacen que nuestro bebé se sienta mejor en líneas generales. Mejora la salud emocional al favorecer los momentos de calma. Además, facilita el apego saludable con los progenitores. No solo eso, sino que, la mochila portabebé posee un misterioso efecto sedante, que hace que nuestros bebés duerman mejor y durante más tiempo.
El porteo ergonómico contribuye a un desarrollo sano de la columna y la cadera del pequeño. Y en general, un sinfín de beneficios físicos, ya que ayuda en la maduración neurológica, el desarrollo del sistema vestibular y del tono muscular, regulando además la temperatura, la respiración y el ritmo cardiaco.
Si todavía tienes dudas, no lo pienses más y prueba el porteo ergonómico, ya que reportará numerosos beneficios tanto a tu hijo como a vosotros como papis.