Si tienes o vas a tener un bebé dentro de poco, seguro que ya has oído hablar del colecho. Antes de que se pusiera nombre a esta práctica, los padres de recién nacidos e hijos pequeños ya la llevaban a cabo: dormían con su bebé en la cama matrimonial. Aunque antaño, se hacía de forma natural debido a la falta de espacio o a la necesidad de mantener al bebé caliente durante las frías horas nocturnas.
El colecho supone, por definición, compartir el lecho. Hoy en día, dentro de colecho se puede entender que el bebé duerma en la cama de los padres, pero también que lo haga en una pequeña cama o cuna adyacente a esta. Este hábito puede extenderse hasta los 10 años del niño, aunque no existe una referencia exacta ni obligatoria.
Esta práctica, por tanto, supone algunos beneficios para el bebé, siendo el principal el vínculo afectivo que se crea con los progenitores. Sin embargo, también se deben tener en cuenta ciertas recomendaciones para practicar el colecho de forma segura. De esta forma, junto a la lactancia materna, representarían un sistema de cuidado altamente efectivo, adaptativo e integrado pudiendo mejorar el apego, la comunicación, la nutrición e incluso la eficiencia inmune del pequeño.
A continuación, te compartimos una lista con los beneficios que esta práctica puede ocasionar, seguido de algunas recomendaciones que nos brindan los pediatras del mundo para poder llevar a cabo un colecho seguro y beneficiarnos al completo. Los beneficios del colecho son:
– Mejora del sueño: el estado de relajación que puede alcanzar el bebé al dormir junto a sus padres, hará que duerma plácidamente, lo cual se traduce en que los propios padres también puedan dormir mucho mejor.
– Más cómodo para la lactancia: al tener a tu bebé justo al lado, el tiempo de respuesta para amamantarlo es más corto, además de poder hacerlo más cómodamente recostada en la cama, y sin perturbar demasiado el sueño.
– Tranquilidad: el bebé os sentirá tan cerca que se sentirá seguro y calmado, sentirá que nada malo puede pasarle y esto hará que esté tranquilo y relajado. Además, ese contacto físico favorece a que aumente el vínculo emocional entre ambas partes.
– Además, podemos notar mejorías como la estabilidad del bebé, descenso de la apnea, menos llanto, una temperatura más regulada, descenso de los niveles de estrés y un crecimiento más acelerado.
En general, el colecho puede favorecer a que nuestro bebé crezca y se desarrolle de una forma óptima, y se sienta seguro y protegido. Pero como decíamos, existen algunas recomendaciones que debemos seguir para asegurar que esta práctica, en principio beneficiosa, no pueda suponer ningún riesgo para nuestro bebé. Las recomendaciones a seguir son las siguientes:
Ahora que ya conoces las pautas a seguir para practicar un colecho seguro, no le tengas miedo a esta práctica que tantos beneficios puede reportaros a vosotros como papis, y a vuestra criatura. Comienza poco a poco y cualquier duda siempre puedes consultar con tu pediatra. ¡Anímate a probar el colecho y cuéntanoslo en los comentarios! Aprovecha para conocer las 20 curiosidades sobre el embarazo que no sabías.
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